Una cosa muy importante es saber revolucionar. Si uno sabe revolucionar, podrá mejorar mejor en las cuestas arriba. No se debe ponel el plato grande en caso de que no estemos en un sprint cuesta arriba. Sabiendo esto, os digo que hay dos tipos de cuestas: cuestas de potencia y cuestas de resistencia.
Cuestas de potencia
Estas cuestas no suelen ser muy largas. Por esta razón no se necesita precisamente resistencia, basta con tener potencia y fuerza; esto hay que exigirlo. Estas cuestas se suben de pie y con desarrollos bastante altos. Una cosa importante es que no hay que poner demasiado peso sobre la parte de adelante (manillar y horquilla) y balancear la bici, puesto que se pierde energía. Hay que forzar la bajada y la subida de los pedales para conseguir una marcha eficaz y fluida.
En competición hay que ir en cabeza en subidas como estas. Los ataques se hacen llegando a la cima, por lo que hay que poner un desarrollo para poder reaccionar y poder llegar bien.
Cuestas de resistenciaDespués de saber cómo hay que subir en las cuestas de potencia, os voy a decir cómo hay que subir en las cuestas de resistencia. Estas cuestas hay que subirlas con una buena forma física. Son cuestas prolongadas como el Angliru.
Hay dos factores por encima de todos que son los que más falta hacen: El ritmo y el rendimiento adecuados. En todas las cuestas de potencia hay que coger un ritmo con el que creamos que podemos subir sin cansarnos demasiado; esto se aprende con experiencia. Para saber hay que ir a una marcha que nos permita pedalear cómodamente y sin levantarnos del sillín mucho, solo en ocasiones en las que esta postura es inevitable.
En competición, pasa algo parecido que con las cuestas de potencia: hay que intentar siempre estar en la cabeza de pelotón, puesto que incluso podrá marcar el ritmo alguna vez.
Un consejo muy práctico es saber cuál es la pendiente de la cuesta que queremos subir para saber qué ritmo hay que poner con anticipación
Info: the best cycling the mountain
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